Descripción
En París, la muerte súbita de una escritora, Nathalie, da inicio a una investigación policial a cargo del inspector Lecteur. Ni en la habitación ni en el cuerpo hay señales aparentes de violencia, pero entre sus manos sujeta una desconcertante nota en la que puede leerse: «No tengo más remedio que morir». El inspector, a lo largo de los capítulos, va citando a las personas más cercanas a la escritora para aclarar el inexplicable suceso. Mientras las entrevistas avanzan, Lecteur va leyendo el manuscrito de la última novela de Nathalie, que se desarrolla en Cabo de Palos y alrededores de Cartagena, y cuya protagonista es Julia.
Las dos historias, el pasado de Nathalie y su novela aún inédita, van entretejiendo inesperados lazos. El atractivo del Monasterio de San Ginés de la Jara y las ermitas del monte Miral se convierten en el nexo que unirá ambas voces en una única llamada contra el deterioro de un patrimonio y su entorno que hoy en día languidece en la vecindad del Mar Menor.
sergiodinamita1 –
Siempre he pensado que lo mejor que se puede hacer por un lugar que amas es convertirlo en escenario de una novela porque, con ello, se convierte para siempre en inmortal . París ya lo es desde hace siglos pero, con “Las voces del monasterio”, un lector, de hoy o de mañana, desde cualquier lugar del mundo, sabrá que cerca del mar de Cabo de Palos, se encuentra el monte Miral, y en él un monasterio ruinoso, San Ginés de la Jara. Pese al implacable paso del tiempo y a la indiferencia oficial, esta novela, que es literatura en estado puro, ha otorgado a esos lugares el don de la perdurabilidad. Y, por qué, no, también el de turismo literario, cuando la huella que deja su lectura mueva a conocer personalmente los lugares en los que transcurre, a aspirar ese aire e impregnarse de esa luz.